Yo soy de esas que
piensan que la arruga es bella, que donde hay pelo hay alegría y que la lorza
es salud. De las que al beber una cerveza les gusta que se me cree un bigote de
espuma. De las que aman las croquetas. De las que cierran los ojos mientras bailan.
De las que al mirarse en un espejo se sonríen. De las que los ojos le lloran
del frío, y siempre tienen la nariz fría. De las que se enamoran a la velocidad
del rayo. De las que no olvidan lo importante y a los importantes. De las que
les encanta el dolor de tripa y de mofletes causado por minutos seguidos de
imparables carcajadas. De las que adoran lo gemelos musculados, los lunares,
las cicatrices y (por supuesto) las pecas. De las que cuando les gusta una
canción la repiten y la analizan mil y una veces. De las que están aprendiendo
a cocinar. De las que les encanta leer historias de amor, desamor o de lo que
sea. De las que adoran la ironía y el sarcasmo. De las que les encantan las
manualidades y las sorpresas y las sorpresas de manualidades. De las que viven
para dormir aunque lo que hacen es dormir para vivir. De las que cambiaba
cualquier premio de lotería por sonrisas aseguradas hasta la eternidad. De las
que encuentran al típico moño de abuela todo el glamour. De las que se les
eriza la piel cuando están frente a algo especial y único. De las que adoran
hacer listas. De las que acumulan fotos en cajones y carpetas. De las que
sonríen ligeramente de lado. De las que de mayor quieren ser monologuista,
fotógrafa, diseñadora de interiores y event planner todo junto y a la vez. De
las que pide refresco de limón esperando que lo traigan de naranja. De las
glotonas. De las fans incondicionales del pizza-manta-peli. De las refraneras.
De las insistentes de la ley del martillo pilón.
Soy de esas. O quizás soy esa, y punto, especial. Que es lo mejor que te pueden decir, que no hay nadie como tu, única y especial.
Love!