martes, 15 de julio de 2014

How to live San Fermín. Part three.

Me estallo. Esto es lo que me pasa sí pienso en este fin de semana. Ha sido todo una locura y un conjunto de cosas tan sumamente guays que no sabría como explicarlo.
Primero tengo que decir lo genial que es conocer a amigos de amigos. Para mi, que soy una persona de primeras muy vergonzosa y con tintes en ocasiones hasta borde, se me hace muy cómodo que estos amigosdeamigos sean como mis amigos de simpaticorros.

¿Me se entiende?

Ha sido un finde largo genial. O unas vacaciones cortas estupendas. Ha habido de todo, besos de reencuentro, abrazos intensos, risas, lloros de risa, de alegría, sesión de Frank de la Jungla, conciertos y clases privadas de batería, visitas a museos de alimentación, hacer de turista japonesa, coronaciones, empanadillas, pollo asado, tortillas, salchichas con sabor a bollicao, cestos-sombreros, polos de pájaros punkis, turno de tarde de camarera de pisos, bola de pimiento en el Kiliki, macarrones para una boda y casi sin darnos cuenta es la hora de merendar, siesta, o intento de siesta, meterse veinte personas en una cama, Eroski, bocadillos con cadenas de montaje, gafas de científico loco, fueros, fuegos, patatas fritas, historias cond-enadas al fracaso (hilo de fino que no veas), bailar con Carlos Jean y mil personas más, salir de fiesta con mi amigo el casado, encontrar a Duffman, bailar como Duffman, hacer sentadillas, hacer mal sentadillas, bailar tendiendo la ropa, chavalucas on fire, cambio de gafas, rondas locas de peche, cigarros, subidones, cálculos de edad, matemáticas y geometría, gente que te hace llorar siempre de alegría, Lucila, una silla, LA silla, sesión coaching en toda regla, pipas, bailar empujando una pared ficticia, zurres con la foral, debate monarquía república muy bien argumentado, encierro en la tv, dormir sólo 2 horas, vagar como zombie por la casa, usurpar camas para intentar dormir y terminar riendo a carcajadas, sobaos, turnos de ducha, Macas para el cuerpo, cocacola a sorbos pequeños, fiambrera, fiambre, fiambr, TUPPERWARE, pedos de princesa muerta, siesta o en su defecto Aladdin, encierrillo, barracas, equipo patata completa vol.2, pajaritos de palo, recuerdos de fotos de perfil, ayuntamiento, más rondas locas, ser regadas por licor de mora, fueros, "estamos en el césped", baños, Gasha y Cosha, primera tanda de despedidas, gorro de ducha, mirar-se-te-nos a los ojos, "hola, conoces a Luci?", hacernos pasar por foráneas de verdad en sus primeros sanfermines, el zoo en casa, encierro en la plaza, frío en la plaza, dormir en la plaza, dormir con toda la luz entrando al cuarto, al fin dormir, despertar de un susto, despertar aplastadas, segunda tanda de despedidas, comer pizza para cerrar el círculo de comida cerda del finde, pizza móvil, siempre ahí para nuestro uso y disfrute, con sus mega promociones, partidas de poker, duchas, despedidas tristes y a la calle, despedida desde un balcón, abrazos besos para todos, estrujo muy fuerte a mis pequeños, sea como fuere en seguida nos vemos, pronto estamos otra vez juntos, que es lo que siempre me/os digo.




No me canso de repetirlo, la gente del sur tiene un arte que no se puede aguantar, pero los norteños ¡ay los norteños! me robáis el corazón a niveles astronómicos.

Y así, este fue este año. Puede que esta vez, estos sanfermines no parezcan tanto como otros años por lo breve de estas palabras, pero para haber sido sólo un finde ha estado tan genial como sí hubiese sido la semana entera. Que ya se sabe, mejor calidad que cantidad, siempre, y para todo, y en lo que se refiere a personas, más. Gracias equipo y gracias otra vez pareja. Sois lo MÁS. Y ¡eh! fetén coleguis.

-Love

Martina.

jueves, 10 de abril de 2014

¡Vivan los Ninis!

Llorar de alegría, es una de las sensaciones mejores que existen en el mundo. Me decía una amiga hace unos días "Que bonito es ver a la gente que quieres feliz, verdad?" Y que razón tiene, como en todo lo que me dice. He llorado, he reído, he recargado las pilas, estos momentos juntos me llenan el alma cuando la gran ciudad me agota la batería. Pero esta vez no éramos nosotros, todos juntos y el reencontrarnos el motivo de la excursión a la tierruca. El motivo eran ellos, ellos dos. Él que fue el primer nuevo amigo que hice en Pamplona, al coincidir en mi oficina, me invitó a ir de juevintxo, y le enseñé la sesión que un amigo pincha en su pueblo y mientras atendíamos se oyó en la oficina "ESTA POR LOS CAMAREROS" yo no pude evitar partirme en dos al ver su cara mientras atendía. Y a ella, oficialmente la conocí meses después, aunque ya habíamos oído hablar de ella, y cualquier cosa que hubiese oído se me quedó pequeña. Ella me enamoró ese día, en el pantano, contando chistes a cual más malo, MALOOOOO, y metiéndonos en el agua nadando como la Pantoja para que el agua putrefacta no tocase nuestro pelo, el fondo de la charca eran arenas movedizas, muy buenas risas, sí señor. Ese día, es de esas veces que conoces a alguien de quien ya tienes una idea mental de como es, física y emocionalmente, y supera las espectativas con creces. Me encanta que las novias/os de mis amigas/os me encanten y formen parte del segundo grupo en lugar del primero.

El día que él me dio la noticia, era jueves, y trató de gastarme una broma; en aquel momento yo estaba en Donosti y me dijo que él y otro amigo se habían engorilado y en un "nohayhuevos" se fueron de Pamplona a San Sebastián, y yo me emocioné un montón porque aunque hacia dos semanas que no les veía (y eso a estas alturas es bastante poco) me hubiese encantado, aunque lo que me iba a anunciar era mucho mejor, ¡QUÉ ME CASO! Qué, qué, qué, qué? Y yo que soy muy de salvar las distancias de las maneras más variadas le envíe nada más colgar una foto de la cara que se me quedó al recibir la noticia. Y después de ese momento reconozco que es posible abrir la boca de sorpresa y emoción y sonreír a la vez.

Y llegó el primer fin de semana de abril. Y todos los foráneos se movieron de sus distintos destinos, Pamplona, Bilbao (incorporación reciente), y Madrid. Y allí estábamos el día previo a la boda, y tomándola como sí fuese un día cualquiera y al día siguiente no pasase nada importante, como si fuésemos a ver el amanecer como hemos hecho ya alguna que otra vez todos juntos. Y la novia se fue a casa a descansar, que el día de la boda para una novia empieza mucho más pronto.

Y así llegó el día B. Nos despertamos con emoción, con ganas y con la sonrisa puesta desde primera hora. Desayuno de campeones, peluquería, maquillaje y uñas para todas. Y ocurrieron diversos momentos para enmarcar, muchachos barbudos poniendo vestidos a chavalucas, el dedo de espuma, entre otros.

Y llegamos a la iglesia, y nos vimos toda la foraneada, salvo ellos. El novio llegó y yo no pude evitar emocionarme, ese fue el primer momento al que le seguirían muchos más, se me saltó alguna que otra lagrimilla, y más si le sumas que podía verme reflejada en las lágrimas de mi pequerrechiña, ¡qué guapo estaba! Entramos en la iglesia después de que entrase casi todo el mundo, por lo que nos quedamos en la parte trasera de la iglesia, una buena idea para ver los primeros llegar a la novia. Como será el vestido, como irá peinada...y llegó con un coche de época, y estaba de impresión. Me hubiese encantado ver la cara del novio en ese instante. Pero esto es así, o ves llegar a la novia o ves la cara del novio...y al entrar en la iglesia oí como le decía al padrino, "espera espera, despacio" y el coro cantaba mientras ella entraba y se oían vergonzosos piropos al pasar ella por delante, mío alguno también, vergonzosos por estar donde estábamos. Y ya estaban casados, ya eran, como ella misma había dicho la noche anterior, una familia. Y se oía a el Hallelujah de Leonard Cohen. Y tardaron en salir de la iglesia y allí todos nos impacientábamos, y no se muy bien si no salían por hacerse las fotos de turno o bien porque porque fuera esperaba un ejército con francotiradores de confeti y lanzadores de arroz. Nosotros tuvimos la célebre idea de ponernos en primera fila, y así acabamos más de una con el moño lleno de arroz, o de arroz hasta el moño. Y los novios fueron cubiertos después de arroz, confeti e incluso pétalos, de besos y abrazos, todos queríamos darles la enhorabuena, y a mi sólo me salían sus nombres, estaba tan emocionada... Llegada al restaurante, precioso, en una finca toda verde, pero que esperábamos sí estábamos en la tierruca, y empezaron a salir las bebidas y la comida, y fue todo un acierto, entramos a cotillear y vemos esa mesa increíble de dulces, y la maravillosa organización de las mesas. Todas las mesas eran sitios de viajes que para ellos habían marcado momentos importantes en sus vidas. La sonrisa al ver que estábamos en la mesa Pamplona me llegaba de oreja a oreja. Claro, no podía ser de otra manera, el nombre de la mesa y mi sonrisa correspondiente. Llega la pareja por un camino de bengalas iluminado, y de la mano, los recién casados. Soltaron fuegos artificiales y con también fuego se formó el nombre de los novios, un espectáculo de pirotecnia precioso, con la noche ya caída, espectacular. Los novios se hacen fotos de grupo, con la familia de un lado, con la del otro, con la gente del hospital, con los de Salcedo, con los foráneos (me encanta que fuera del círculo se nos conozca también así). Y al acercarme cuando nos tocaba, oí como ELLA le decía a ÉL, "pero tu has visto que elegante esta mujer" y está mal que yo lo diga, fatal, pero estoy taaan contenta, me encantó, me puse mis mejores galas por vosotros. Nos sentamos y como marca el protocolo en estos asuntos los novios no entran hasta que todos los invitados estén sentados, y entran mientras suena Coldplay. Toda la sala aplaudiendo. Y de nuevo la emoción recorre mi cuerpo, es en ese momento en el que me doy cuenta de uno de los detalles, el ramo de la novia, es del mismo color que las flores están colocadas en los centros de mesa. Naranja, naranja, el color favorito del novio. Naranja como la sudadera roja que tiene él. Se sientan y empiezan a servir  los platos, jamón, que, (otro detallazo), el novio había estado cortando toda la mañana para todos los que estábamos allí presentes. ;) después vino el pescado, y el sorbete de mandarina (SORBETE DE MANDARINA, muy hacia dentro) y la carne, todo riquísimo, y llegó el momento de la tarta, y los regalos a las madres y abuelas como es usual, todos los ramos que entregaban llevaban flores naranjas, y sonó Amaral, y ellos, paseaban entre las mesas, ella movía el ramo, como queriendo decir que iba a entregarlo, y vacilaban, iban y venían para jugar al despiste, y por fin se lo dio a su hermana, y ahí no pude evitar romperme, siguieron entregando ramos está vez de chucherías, entiendo que a las parejas que próximamente se van a casar, y pusieron un video, divertidisimo que les habían hecho los amigos de la pareja. Mientras todo esto sucedía iban sacando bebida y más bebida... Repartieron regalos a los invitados e invitadas, y en nombre de todas las invitadas doy las gracias a quien tuviese esa genial idea de llevar calzado plano a modo de recuerdo, GENIAL. "¡Que se besen que se besen!" "Un hidalgo" "uno de enero, dos de febrero..." parece ser que hubo piques entre las mesas. Parece ser también que la mesa ganadora era la sanferminera ¡AÚPA EQUIPO! Y los novios abrieron el baile, mientras sonaba Sabina, y fue un momento tan especial...que se dirán me decía todo el rato, a lo que me contestó mi galleguiña, no se dicen nada, se están cantando, y eso para el maquillaje ¡fue aún peor! Y una vez abierto el baile y la barra libre veo que el novio esta subido a una columna...¡ESTABA MONTANDO UN PHOTOCALL!, todas las grandes fiestas deben tenerlo, y esta no podía ser menos, risas, pasodobles, bailes con cambio de caras como sí portasen abanicos, jugar a apagar una vela con falta de oxígeno, cigarros, pactos con escupitajo incluido, charlas con abuelitas adorables, y llegó la hora del cierre en el restaurante. Después habían contratado más copas en un bar, para nada lejano, fue cruzar la calle y llegar, muchas risas, muy buen humor, cupcakes en la discoteca, hubo gente que ya se sentó, hubo gente que no paró de bailar, "No quiero ver a nadie sin copa, no quiero ver ningún vaso vacío" Y pidió el novio el himno foráneo, y ya era tan tarde que nadie sabía en que etapa estaba, sí feo, fuerte o formal. Luis Aragones, y los camiones con ruedas de repuesto, Galilea... Y ya hechos polvo marchamos, no sin antes despedirnos de la feliz pareja, y hubo que hacer cola, y en ambos casos repetí de beso, :). Muchos besos de amor, muchas promesas de vernos pronto, promesas que se cumplirán dentro de poco, teniendo tan cerca el verano, sanfermines y las vacaciones.

Esto es para vosotros, con esto quería mostraros mi manera de vivir vuestro día, porque os quiero mucho y por mucho tiempo. Gracias por ser parte de mi vida y dejarme serlo de la vuestra. 

Love.





miércoles, 19 de febrero de 2014

Al son Cubano

Érase una vez, hace un mes exactamente, dos niñas, ya no tan niñas, que cruzaron el océano, otra vez, juntas, se dirigían a Cuba, quiero decir...Albacete. Ya todo pintaba bien envolviendo las maletas en film, con el juego de puertas para embarcar, con las cuatro chicas de delante en el avión, con las fieles lectoras de la SuperPop, con el zumo de tomate, con la banda sonora de la película, con Gaspy, con el sobarse en el avión, con comer siete veces, merendar otras tantas y cenar un par de veces, tantas como husos horarios atravesásemos. Llegaron con sueño al hotel y decidieron descansar un poco y luego bajar a cenar. CENAR? Ja! Que ilusas. Y durmieron hasta que la sonámbula ocasional se levantó y decidió cerrar las ventanas, las ventanas inexistentes, y la ducha congelada. Y desayunaron, casi como si no hubiesen cenado el día anterior, y salieron a caminar, y el tiempo se echo tan encima caminando por la Habana que inevitablemente llego la hora M, o la hora del mojito, y al sol, en una terraza, en manga corta, en pleno enero, y siguieron la ruta y caminaron hasta la plaza de la revolusión. Allí después de un reportaje fotográfico decidieron tomar el primer cocotaxi, para que les llevase a comer, ¡que dura es la vida del turista! Y comieron plátano y arroz y plátano y arroz y picadillo y arroz y ¡ah! plátano. Y siguieron caminando y vieron la Habana dura, aquello que tenían miedo de encontrarse tan de frente, tan real, suerte que la mayor cuidaba de la pequeña (gracias). Y pasearon por el malecón, la Habana vieja, y se les hizo la hora D sin darse cuenta, casualmente pasando por la Floridita: "mi daiquirí en la Floridita". Y llegaron al hotel agotadas, y después de la conexión de internet, se fueron a descansar con la promesa de que bajarían más tarde a cenar. Y PARA NADA. Desayunaron fuerte y salieron a caminar otra vez, la mayor salvaba de atropellos constantes a la pequeña (gracias otra vez) y llegó después del paseo la hora C, la hora cubanito (mamá tranquila, es un coctail de zumo de tomate) y el sol, la rata encima del perro y el coctail hicieron que las risas no parasen, museo de la revolusion, y a las pobres españolitas (¡ESPAÑA! ¡La madre patria!) les acechó el único taxista de bicitaxi con un vehículo verde, (pueden verlo acá, acá tengo la foto, entonces vean el museo y las espero) y no fue tan mala idea, de hecho fue genial, muchas risas, golpes en las rodillas, fotografías juntas y final del paseo en un paladar. Y comieron arroz y plátano y ropa vieja y arroz y plátano y arroz. Y siguieron caminando, y decidieron ir a tomar café (sólo una de ellas) a una cafetería que desprendía un olor a una distancia de tres cuadras lo menos, y allí encontraron a un camarero parecido a un actor, a unos señores que se reían de lo sonoras que eran las risas de las muchachas y a una señora que estaba haciendo caca sin cerrar la puerta, y para que quieres más, y llovió un poco. Y siguieron caminando y seguían tirando besos cubanos los muchachos (este es un concepto muy difícil de explicar, lo más sencillo sería quizá verlo, vivirlo) y se encontraron con dos muchachos simpáticos -oye tu viniste amalgada desde España...y les perdieron de vista, y in-in-intencionadamente terminaron en la bodeguita de en medio. "Mi mojito en La Bodeguita" y el tiempo se paró o entro en bucle de manera que cada 40 minutos más o menos la hora M se repetía. Y así, con Arturo, las mejicanas, los mejicanos, los italianos, los músicos, Eddy Murphy y un taxista cerraron la bodeguita, y llegaron al hotel, una vez más sin cenar, última noche en la Habana y cerrándola por lo más alto. Y a la mañana siguiente...sin la maleta hecha...-Tía que hora es -JODER, M QUE SON LAS SEIS Y CUARTO y M se dispuso a hacer la maleta aún con el modo cerrar la bodeguita, así ocurrió, que rememoro la noche varias veces durante la hora siguiente, desayuno de resaca, y excursión con en jeeps con conductor suicida, montaron en lancha con conductora suicida, bailaron danzas tribales, pasada de paisajes, montaron a caballo y estuvieron a punto de montar un toro, estuvieron en casa de Nemesio y le quisieron adoptar de abuelo. Y por fin llegaron al hotel en Varadero, lo más, desempaquetaron, y a cenar, y esta vez de verdad, parecía imposible pero ocurrió. Y aunque esta vez de su elección, plátano y arroz y arroz y plátano. Y mañana será otro día. Y la playa, el mar, el Caribe, por fin se volvían a encontrar. Seguía tan turquesa como lo recordaban, con más gente eso sí. Pero después de más de un año sin mar, una de ellos disfrutó de lo lindo cuando pudo descalzarse en la suave arena. Y así, haciendo amigos entre la playa y la piscina comiendo más arroz, papas y boniato, y tomando el sol, espandando avispas y tomando granizado de limón, pasaron los dos días siguientes, jugaron a los CRAZY GAMES, ganaron una botella de ron, la del sur subió al escenario porque quien ganó la botella, la norteña se moría de la vergüenza "QUE M ESTÁ AQUÍ" y bailo, y vieron a Michael Jackson y al día siguiente, por fin llegaba el día D. El día nadar con delfines, por fin, era motivo principal del viaje, porque era un tic enorme de la lista. LA LISTA. Y así fue, mucho susto, mucho frío, mucha emoción, muy corto todo. No hubiese sido la misma experiencia si no hubiesen estado besando delfines juntas. Y el resto del tiempo agotando las horas de sol, absorbiendo todo lo que sus pieles de cangrejo les permitían absorber. Y el último día el de decir adiós, (adiós no, hasta la próxima) y volver a ese aeropuerto internacional de José Martí, después de haberse duchado con agua y jabón en la piscina, después del "ATIENDE PÁ ACÁ", después del último desayuno, y la última hamburguesa, perro o porción de pizza. Y en el aeropuerto después de una cola (fila) larguísima, y otra y otra llegaron a ese polo norte que llaman avión y cayeron rendidas, sólo despertándose para pedir más mantas y para comer, y llegaron a España, ellas y las maletas con tristeza y nostalgia, se despidieron "venga tía, hablamos".




Así pues volvieron más felices, más morenas (cada una dentro de su estándar de moreno), más con el son cubano, más delgadas, más cubanas.

Sí de algo se caracterizó este viaje fue de dormir bastante, comer mucho y reír sin parar. 

Feliz mesaniversario de la primera gran aventura de este año.

Love.