jueves, 10 de abril de 2014

¡Vivan los Ninis!

Llorar de alegría, es una de las sensaciones mejores que existen en el mundo. Me decía una amiga hace unos días "Que bonito es ver a la gente que quieres feliz, verdad?" Y que razón tiene, como en todo lo que me dice. He llorado, he reído, he recargado las pilas, estos momentos juntos me llenan el alma cuando la gran ciudad me agota la batería. Pero esta vez no éramos nosotros, todos juntos y el reencontrarnos el motivo de la excursión a la tierruca. El motivo eran ellos, ellos dos. Él que fue el primer nuevo amigo que hice en Pamplona, al coincidir en mi oficina, me invitó a ir de juevintxo, y le enseñé la sesión que un amigo pincha en su pueblo y mientras atendíamos se oyó en la oficina "ESTA POR LOS CAMAREROS" yo no pude evitar partirme en dos al ver su cara mientras atendía. Y a ella, oficialmente la conocí meses después, aunque ya habíamos oído hablar de ella, y cualquier cosa que hubiese oído se me quedó pequeña. Ella me enamoró ese día, en el pantano, contando chistes a cual más malo, MALOOOOO, y metiéndonos en el agua nadando como la Pantoja para que el agua putrefacta no tocase nuestro pelo, el fondo de la charca eran arenas movedizas, muy buenas risas, sí señor. Ese día, es de esas veces que conoces a alguien de quien ya tienes una idea mental de como es, física y emocionalmente, y supera las espectativas con creces. Me encanta que las novias/os de mis amigas/os me encanten y formen parte del segundo grupo en lugar del primero.

El día que él me dio la noticia, era jueves, y trató de gastarme una broma; en aquel momento yo estaba en Donosti y me dijo que él y otro amigo se habían engorilado y en un "nohayhuevos" se fueron de Pamplona a San Sebastián, y yo me emocioné un montón porque aunque hacia dos semanas que no les veía (y eso a estas alturas es bastante poco) me hubiese encantado, aunque lo que me iba a anunciar era mucho mejor, ¡QUÉ ME CASO! Qué, qué, qué, qué? Y yo que soy muy de salvar las distancias de las maneras más variadas le envíe nada más colgar una foto de la cara que se me quedó al recibir la noticia. Y después de ese momento reconozco que es posible abrir la boca de sorpresa y emoción y sonreír a la vez.

Y llegó el primer fin de semana de abril. Y todos los foráneos se movieron de sus distintos destinos, Pamplona, Bilbao (incorporación reciente), y Madrid. Y allí estábamos el día previo a la boda, y tomándola como sí fuese un día cualquiera y al día siguiente no pasase nada importante, como si fuésemos a ver el amanecer como hemos hecho ya alguna que otra vez todos juntos. Y la novia se fue a casa a descansar, que el día de la boda para una novia empieza mucho más pronto.

Y así llegó el día B. Nos despertamos con emoción, con ganas y con la sonrisa puesta desde primera hora. Desayuno de campeones, peluquería, maquillaje y uñas para todas. Y ocurrieron diversos momentos para enmarcar, muchachos barbudos poniendo vestidos a chavalucas, el dedo de espuma, entre otros.

Y llegamos a la iglesia, y nos vimos toda la foraneada, salvo ellos. El novio llegó y yo no pude evitar emocionarme, ese fue el primer momento al que le seguirían muchos más, se me saltó alguna que otra lagrimilla, y más si le sumas que podía verme reflejada en las lágrimas de mi pequerrechiña, ¡qué guapo estaba! Entramos en la iglesia después de que entrase casi todo el mundo, por lo que nos quedamos en la parte trasera de la iglesia, una buena idea para ver los primeros llegar a la novia. Como será el vestido, como irá peinada...y llegó con un coche de época, y estaba de impresión. Me hubiese encantado ver la cara del novio en ese instante. Pero esto es así, o ves llegar a la novia o ves la cara del novio...y al entrar en la iglesia oí como le decía al padrino, "espera espera, despacio" y el coro cantaba mientras ella entraba y se oían vergonzosos piropos al pasar ella por delante, mío alguno también, vergonzosos por estar donde estábamos. Y ya estaban casados, ya eran, como ella misma había dicho la noche anterior, una familia. Y se oía a el Hallelujah de Leonard Cohen. Y tardaron en salir de la iglesia y allí todos nos impacientábamos, y no se muy bien si no salían por hacerse las fotos de turno o bien porque porque fuera esperaba un ejército con francotiradores de confeti y lanzadores de arroz. Nosotros tuvimos la célebre idea de ponernos en primera fila, y así acabamos más de una con el moño lleno de arroz, o de arroz hasta el moño. Y los novios fueron cubiertos después de arroz, confeti e incluso pétalos, de besos y abrazos, todos queríamos darles la enhorabuena, y a mi sólo me salían sus nombres, estaba tan emocionada... Llegada al restaurante, precioso, en una finca toda verde, pero que esperábamos sí estábamos en la tierruca, y empezaron a salir las bebidas y la comida, y fue todo un acierto, entramos a cotillear y vemos esa mesa increíble de dulces, y la maravillosa organización de las mesas. Todas las mesas eran sitios de viajes que para ellos habían marcado momentos importantes en sus vidas. La sonrisa al ver que estábamos en la mesa Pamplona me llegaba de oreja a oreja. Claro, no podía ser de otra manera, el nombre de la mesa y mi sonrisa correspondiente. Llega la pareja por un camino de bengalas iluminado, y de la mano, los recién casados. Soltaron fuegos artificiales y con también fuego se formó el nombre de los novios, un espectáculo de pirotecnia precioso, con la noche ya caída, espectacular. Los novios se hacen fotos de grupo, con la familia de un lado, con la del otro, con la gente del hospital, con los de Salcedo, con los foráneos (me encanta que fuera del círculo se nos conozca también así). Y al acercarme cuando nos tocaba, oí como ELLA le decía a ÉL, "pero tu has visto que elegante esta mujer" y está mal que yo lo diga, fatal, pero estoy taaan contenta, me encantó, me puse mis mejores galas por vosotros. Nos sentamos y como marca el protocolo en estos asuntos los novios no entran hasta que todos los invitados estén sentados, y entran mientras suena Coldplay. Toda la sala aplaudiendo. Y de nuevo la emoción recorre mi cuerpo, es en ese momento en el que me doy cuenta de uno de los detalles, el ramo de la novia, es del mismo color que las flores están colocadas en los centros de mesa. Naranja, naranja, el color favorito del novio. Naranja como la sudadera roja que tiene él. Se sientan y empiezan a servir  los platos, jamón, que, (otro detallazo), el novio había estado cortando toda la mañana para todos los que estábamos allí presentes. ;) después vino el pescado, y el sorbete de mandarina (SORBETE DE MANDARINA, muy hacia dentro) y la carne, todo riquísimo, y llegó el momento de la tarta, y los regalos a las madres y abuelas como es usual, todos los ramos que entregaban llevaban flores naranjas, y sonó Amaral, y ellos, paseaban entre las mesas, ella movía el ramo, como queriendo decir que iba a entregarlo, y vacilaban, iban y venían para jugar al despiste, y por fin se lo dio a su hermana, y ahí no pude evitar romperme, siguieron entregando ramos está vez de chucherías, entiendo que a las parejas que próximamente se van a casar, y pusieron un video, divertidisimo que les habían hecho los amigos de la pareja. Mientras todo esto sucedía iban sacando bebida y más bebida... Repartieron regalos a los invitados e invitadas, y en nombre de todas las invitadas doy las gracias a quien tuviese esa genial idea de llevar calzado plano a modo de recuerdo, GENIAL. "¡Que se besen que se besen!" "Un hidalgo" "uno de enero, dos de febrero..." parece ser que hubo piques entre las mesas. Parece ser también que la mesa ganadora era la sanferminera ¡AÚPA EQUIPO! Y los novios abrieron el baile, mientras sonaba Sabina, y fue un momento tan especial...que se dirán me decía todo el rato, a lo que me contestó mi galleguiña, no se dicen nada, se están cantando, y eso para el maquillaje ¡fue aún peor! Y una vez abierto el baile y la barra libre veo que el novio esta subido a una columna...¡ESTABA MONTANDO UN PHOTOCALL!, todas las grandes fiestas deben tenerlo, y esta no podía ser menos, risas, pasodobles, bailes con cambio de caras como sí portasen abanicos, jugar a apagar una vela con falta de oxígeno, cigarros, pactos con escupitajo incluido, charlas con abuelitas adorables, y llegó la hora del cierre en el restaurante. Después habían contratado más copas en un bar, para nada lejano, fue cruzar la calle y llegar, muchas risas, muy buen humor, cupcakes en la discoteca, hubo gente que ya se sentó, hubo gente que no paró de bailar, "No quiero ver a nadie sin copa, no quiero ver ningún vaso vacío" Y pidió el novio el himno foráneo, y ya era tan tarde que nadie sabía en que etapa estaba, sí feo, fuerte o formal. Luis Aragones, y los camiones con ruedas de repuesto, Galilea... Y ya hechos polvo marchamos, no sin antes despedirnos de la feliz pareja, y hubo que hacer cola, y en ambos casos repetí de beso, :). Muchos besos de amor, muchas promesas de vernos pronto, promesas que se cumplirán dentro de poco, teniendo tan cerca el verano, sanfermines y las vacaciones.

Esto es para vosotros, con esto quería mostraros mi manera de vivir vuestro día, porque os quiero mucho y por mucho tiempo. Gracias por ser parte de mi vida y dejarme serlo de la vuestra. 

Love.